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miércoles, 17 de septiembre de 2014

Arquitectura post-moderna


La multivalencia del edificio post-moderno

La multivalencia del edificio post-moderno se opone a la arquitectura moderna al unir diferentes tipos de significado – que el modernismo criticó como esquizofrenia al condensar miríadas de significantes que colapsaban la atención del espectador que no podía atender a todos los impulsos que desde diferentes ángulos reclamaban visajes de autoafirmación – que atraen a facultades opuestas de la mente y el cuerpo interrelacionándose y modificándose al mismo tiempo. La grisalla visual del edificio co-ligada a su propio olor y al tacto que se desprenden de él poseen la facultad de unión diegética entre la vista y la contemplación gracias a la yuxtaposición de lo nuevo y lo viejo y a la inversión de esto último unido a un gusto altamente desarrollado por el paroxismo característico del zeitgeist actual. Es entonces cuando se hace comprensible el propio edificio clásico materializado en ocasiones en reparticiones tripartitas de bases, fustes y cúpulas jalonadas de motivos ornamentales caracterizados por grandes pilastras que clarifican y proponen una suerte de hermenéutica acerca de la organización y de la estequiotomía interior del propio edificio al combinar la frescura del pasado en el revival de su desinteresada y aleatoria reinvención mediante el juego de dualidades entre el detalle y la ornamentación de baldaquines bañados por colores superpuestos sobre ellos formando un collage sobre un fondo de oposición entre culturas tradicionales y modernas.

El clasicismo post-moderno

El clasicismo post-moderno es un estilo entre varios: no es el único camino sino el más popular. Dos factores han llevado a su aparición: las formas universales latentes tras el amplio lenguaje clásico, y el deseo de los arquitectos de devolver a la arquitectura el dominio público. Obviamente la arquitectura sola no puede conseguirlo, ya que la republica se establece mediante una acción social y política. No obstante, la arquitectura debe representar este dominio y construir de forma comprensible .Esto es lo que intentan hacer los post-modernos con distinto éxito

Existe una celebración delirante de mímesis dentro del movimiento post-modernista que hace aparecer un nuevo mundo estético imbricado dentro de una dimensión socioeconómica caracterizada como sociedad post-industrial en la que la seriedad utópica del modernismo aparece enfrentada con la aparente trivialidad de los post-modernos cuya lógica del simulacro trasformada en máquina reproductora de imágenes audiovisuales refuerza la lógica semoviente de un capitalismo avanzado intensificándola en esta nueva forma cultural adicta al icono que transforma los efluvios del pasado eliminando la significación práctica de un proyecto colectivo de futuro. Todo ello nos lleva a instaurar un pensamiento dialéctico que plasme la evolución cultural del capitalismo avanzado como suelo donde se originó el post-modernismo como un momento dialéctico de verdad encofrado en otros tantos momentos de falsedad dentro de la cultura contemporánea actual como terminus ad quem al que puede llegar la reflexión que plantea el problema mismo del fatum de la función de nuestra cultura en general.
El silogismo nos lleva a la exposición de una clara mutación en la esfera cultural del capitalismo tardío unida a la modificación de su propia función social en la que la cuasi-autonomía de la que disfrutaba anteriormente ha sido destruida por la lógica de un capitalismo emergente reabsorbiéndola y expandiéndola al dominio de lo social convirtiendo en cultura desde los valores mercantiles y el poder estatal hasta las propias estructuras mentales del individuo y sus hábitos más inveterados dentro de la sociedad del simulacro que rectifica sus propias imágenes transformándolas en pseudo acontecimientos. El espacio post-moderno ha obviado cualquier distanciamiento crítico para situar la acción cultural fuera del capital y utilizarla como apoyo para criticar al sistema. La abolición de estas distancias nos proyectan hacia situaciones voluminosas y caseificadas que saturan nuestros cuerpos despojándolos de sus mapas de coordenadas espaciales alejándoles de su propia distancia y acercándoles a los enclaves pan-precapitalistas como la naturaleza y el inconsciente que construían sus barricadas exteriores.Todos los bloques seminales de lucha contra el sistema quedan reabsorbidos y asimilados por el mismo dentro del nuevo páramo del espacio global que constituye el momento de verdad del post-modernismo.

Arquitectura postmoderna

Se conoce como arquitectura postmoderna a una tendencia arquitectónica que se inicia en los años 1950, y comienza a ser un movimiento a partir de los años 1970, continuando su influencia hasta nuestros días. El postmodernismo se dice que está anunciado por el regreso de "el ingenio, el ornamento y la referencia" de la arquitectura, en respuesta al formalismo causado por el Estilo Internacional del movimiento moderno. Al igual que con muchos movimientos culturales, algunas de las ideas más pronunciadas y visibles del postmodernismo se pueden ver en la arquitectura. Las formas y espacios funcionales y formalizados del estilo modernista se sustituyen por diversas estéticas: los estilos colisionan, la forma se adopta por sí misma y abundan las nuevas formas de ver estilos familiares y espacios. Quizás siendo lo más obvio, los arquitectos redescubrieron el valor expresivo y simbólico de los elementos arquitectónicos y las formas que se habían desarrollado través de siglos de construcción, que habían sido abandonados por el estilo moderno.

Ejemplos de influencias a gran escala en la arquitectura postmoderna son el Edificio Portland de Michael Graves en Portland (Oregón), y el Edificio Sony (originalmente Edificio AT&T ) de Philip Johnson, en la Ciudad de Nueva York, que toman prestados elementos y referencias del pasado y vuelven a introducir el color y el simbolismo de la arquitectura.
El movimiento postmodernista comenzó en Estados Unidos alrededor de los años 1960 y 1970, luego extendiéndose a Europa y el resto del mundo, siguiendo activo hasta el presente. Según Charles Jencks el fin simbólico del modernismo y el tránsito al posmodernismo se produjo a las 15:32 del 15 de julio de 1972, cuando el complejo habitacional Pruitt-Igoe en St. Louis (una versión premiada de la «máquina para la vida moderna» de Le Corbusier) fue dinamitada por considerárselo un lugar inhabitable. Los objetivos de la posmodernidad o modernismo tardío comienza con su reacción al modernismo, intentando abordar las limitaciones de su predecesor. La lista de objetivos se amplía para incluir la comunicación de ideas con el público a menudo de manera humorística o ingeniosa. A menudo, la comunicación se realiza al citar extensamente pasados estilos arquitectónicos, a veces muchos de estos a la vez. Desprendiéndose del modernismo, también se esfuerza para construir edificios que son sensibles al contexto dentro del cual están construidos.

Los objetivos de la posmodernidad


Los objetivos de la posmodernidad, incluyen la resolución de los problemas del Modernismo, la comunicación de los significados con ambigüedad, y la sensibilidad para el contexto del la construcción, están sorprendentemente unidos por un período de edificios proyectados por arquitectos que nunca colaboraron en gran medida entre sí. Los objetivos, sin embargo, dejan espacio para diversas implementaciones que pueden ser ilustradas por los diversos edificios creados durante el movimiento. Las características del postmodernismo permite su propósito de ser expresado de diversas maneras. Estas características incluyen el uso de formas esculturales, adornos, antropomorfismo y materiales que llevan a cabo un trampantojo. Estas características del significado son el pluralismo, la doble codificación, los arbotantes y los techos altos, la ironía y la paradoja, y el contextualismo.

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